Ocupemos las camas, ni una mujer sin orgasmos, ni una mujer con remordimientos.


De un tiempo a esta parte  el feminismo está inundando mi vida y mi entorno, hombres revisando sus privilegios y  mujeres empoderadas que se hacen visibles en todos los espacios en los que participan pero hay un tema que me preocupa, este tema es lo que pasa en una cama heterosexual y las conversaciones acerca de esto.

No son pocas las veces que he escuchado “yo soy feminista, pero de puertas para adentro que me empotren” “¿tú siendo feministas la chupas?” A mi estas situaciones me crean interrogantes, ¿Hay posturas patriarcales? ¿Cuáles son las que no son patriarcales? ¿Dejas de ser feminista por hacer cosas que te ponen cachonda?

En mi humilde opinión las posturas no son patriarcales en sí, entendiendo  la distinta socialización que tenemos y como se construyen nuestros géneros tengo claro que el patriarcado también se mete en nuestras camas y es aquí donde me surge una duda, las que somos conscientes ¿qué hacemos? ¿Dejamos de follar? ¿Dejamos de hacer cosas con las que disfrutamos?   

Bien, como no vamos a dejar de follar ni a dejar de disfrutar, hacer lo contrario es lo que no es feminista,  por qué no empezamos a revisarnos esta moralina que nos corroe cada vez que decimos en bajito qué nos gusta  hacer  en la cama. Desde mi punto de vista, deberíamos quitarnos esa sensación de penitencia por hacer algo que supuestamente no podemos hacer, esto es muy católico, y por ahí no vamos bien. El feminismo en cuestión de relaciones sexuales debe ser una herramienta para empoderarnos, para ocupar también el asunto del follar y que sirva para que ni una mujer se quede sin orgasmos. Ahora, el cómo consigan los orgasmos es cosa suya y de su pareja, trio, cuarteto o lo que quiera en la cama. No voy a ser una ingenua y decir que el patriarcado no influye y que ya somos feministas y libres sin contradicciones, pero si hemos detectado que un machirulo en la asamblea hace tal y cual y no dejamos de participar, detectemos qué pasa y trabajémoslo, hablemos del follar, ocupemos las camas.

No tengo la varita mágica (aunque me encanta ser una bruja) para solucionar esta situación, pero sí deberíamos dejar de hablar en bajito sobre nuestras prácticas sexuales (si queremos comentarlas), si una amiga viene a hablar acerca de relaciones sexuales los mensajes deben ser  claros su derecho al orgasmo y su derecho a decir no, no a cómo tiene que hacerlo, porque no todas somos iguales y por lo tanto no todas disfrutamos de la misma manera eso es lo primero que hay que aceptar, no creo que el feminismo tenga que ponernos más piedras en la espalda que ya tenemos bastantes con las que nos pone el patriarcado.


Por cierto, y los que estéis pensando en follar durante todo el texto solo en meter vuestro poderoso pene revísenlo, que en la cuestión del follar no todo se reduce a eso. 

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