Había una vez un pueblo en el que solo meaban los hombres.





  Seguramente este título os llame la atención pero os aseguro que no os habrá sorprendido tanto como a unas compañeras y a mi la historia que os voy a contar.
  
 Un viernes noche como gente joven que somos salimos de fiesta, una cosa normal y corriente que hace toda hija de vecina, y como toda hija de vecina nos bebimos unas cervezas, como sabéis la cerveza es diurética y hace hablando claro, que te mees más de lo normal. Cuál fue nuestra sorpresa que al llegar a la conocida plaza de “la Cibelina” de Getafe nos encontramos con una situación bastante sorprendente justo en una esquina había unos urinarios públicos para hombres, y digo para hombres, porque tanto la forma como la altura estaban hechas para que se sacaran su poderoso pene y pudiesen mear a gusto no con mucha intimidad pero si con más que la que puedan tener meando contra una pared o en cualquier rincón. Claro, nuestros acompañantes con pene se pusieron a mear  y mientras nosotras aguantando, que no meamos en la calle no solo por tener poca intimidad sino por una alta probabilidad de que llegue la policía y te casque una multa bastante alta.

  Ante esta situación, nosotras como feministas y mujeres que somos nos planteamos que si en el municipio de Getafe solo los hombres mean, pero claro la respuesta es  absurda contestarla. Pero aunque esta pregunta y su respuesta sean absurdas, dan origen a otras preguntas no tan absurdas, acaso ¿solo los hombres pasean por la calle? ¿Podemos aguantar nosotras más que ellos?  Y claro que  estas preguntas tienen respuestas claras, ni solo los hombres pasean por las calles, ni las mujeres aguantamos (o tenemos que aguantarnos) las ganas de mear más que ellos. 

Y estas preguntas nos llevan a otra fundamental, si los hombres y mujeres meamos, si los hombres y mujeres paseamos por la calle, si los hombres y mujeres aguantamos lo mismo a la hora de mear ¿Por qué leches el ayuntamiento de Getafe pone solo urinarios para que meen los hombres sin atender a una necesidad tan básica para toda persona da igual sea mujer u hombre?
Y claro, esta pregunta si que tiene miga, porque nos lleva a ver como una cuestión tan importante como la ocupación del espacio público por parte de las mujeres no se tiene en cuenta en las políticas públicas de nuestro municipio  pero ya no solo es la cuestión del espacio público, también es  atender las  necesidades básicas todos y todas por igual, porque a alguien se le tuvo que ocurrir poner urinarios por el centro del municipio, pero solo se le ocurrió ponerlo para hombres.


 Este caso, no es más que un ejemplo llamativo de lo necesario que es transversalizar en las políticas públicas el tema de la igualdad, y demuestra que es una realidad que el gobierno municipal esté obviando a las mujeres de nuestro municipio en todas sus políticas. 





Solo terminar dando las gracias a las compañeras que entre risas, cervezas e indignación han inspirado este articulo.
¡Por unos baños públicos para todas y todos! 

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